La magia y el cine están hechos de las misma materia, de ilusión, de creer en lo que vemos como algo real.
El movimiento es aparente, el de un prestidigitador y el de la imagen proyectada en la pantalla.
El siglo XIX (europeo) vivía constantemente entre la ilusión y el continuo avance de la ciencia, fueron los últimos años de un mundo mágico, oscuro, incierto. Los magos, ilusionistas, escapistas y mediums viajaban por el mundo conocido para probar sus habilidades, siendo el contacto con los muertos la úlima frontera. Para ello la fotografía sirvió como prueba de sus actos. Imágenes perturbadoras de personas vomitando plasma o de fantasmas sobrevolando una mesa de creyentes quedaron como prueba en plata sobre gelatina.
Así como Meliés (el último mago) en el cine hizo desaparecer mundos completos y viajar a la luna para conocer otras formas de vida, así se creaban ilusiones en teatros a partir de mecanismos complejos y trucos traídos del siempre lejano oriente. Los actos cuestionaban las leyes de la física y se llevaban acabo en medio de un ambiente de misticismo, contrario a lo que la magia actual pretende, convirtiéndose en un acto lúdico y entretenido (por eso vemos a David Copperfield mover las piernas y rascarse la cabeza después de ser cortado en dos).
La película de Neil Burger The illusionist, cuenta la vida Eisenheim (Edward Norton) un famoso ilusionista asutriaco enamorado de un imposible, mago hijo de carpintero que quiere con la duquesa de Austria. La película pretende ser en sí, el acto maestro de escape e ilusión de Eisenheim, pero se queda corta, por un guión predecible. Los actores se ven acorralados en líneas que son obvias y no se encuentra un climax que pueda hacer que el espectador crea en las ilusiones del prestidigitador. La fotografía representa la estética cepia y sobreexpuesta del siglo XIX y principios del siglo XX, pero no impresiona. El ilusionista cae como el escapista que es incapaz de salir del tanque de agua.
Por lo menos tendremos dos opciones más para reivindicar la época en estos meses con The Prestige y The Fountain.
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1 comentario:
the prestige: "two thumbs up!"
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