lunes, marzo 30, 2009

La mejor despedida

Hoy recordé perfectamente aquella noche en que salí de tu casa y no pude contener la tristeza. Estaba asustado, caminé por la calle sin banquetas de regreso a la casa de los viejos y temblé porque tenía miedo y frío, más miedo que frío y lloré un poquito.

Ese día te vi flaco, no flaco como siempre, flaco como nunca. Nos despedimos simplemente diciendo "el rock" haciendo cuernitos con la mano y cerramos todo con un abrazo. Prometí regresar la semana siguiente y no lo hice, en lugar de eso te hablé por teléfono y me contaste que estabas pelón, que parecías un budista. María dijo que te estaba haciendo un gorrito pero que no prometía mucho. Reímos.

Hoy te recordé mientras caminaba, arrastro la pierna, sigue tiesa, así seguirá por lo menos otro mes. El frío es distinto, pero el recuerdo es el mismo. El miedo a veces es más fuerte.

En el sueño con la abuela, pedí poder despedirme de ti, hacerlo bien, como se debe, con lágrimas y buenos deseos, diciendo todo lo que se quedó sin decir. Las voces me dijeron que no te buscara ahí, que tú ya eras parte de todo. Insistí. Entonces el sueño me mostró el adiós que hicimos hace dos años. "El rock Juanito, el rock", los cuernitos y el abrazo.
No pudo ser mejor.

El rock Tasurinchi Hurgo Sorestrunchi Solo.

viernes, marzo 20, 2009

Seis extremidades

Mmm entre el último post y esto han pasado un par de encuentros.

El reencuentro con la abuela ayahuasca y ... el encuentro con un parabrisas.

Rodilla en puntos suspensivos, seis extremidades, dolor, retiro y olvido, desaparecido involuntariamente. (Los jueves en la noche escucho a la gente en la calle, los autos suenan los claxons como si fueran las 8am... a veces le subo a la tele otras le bajo, quizá me escuche por ahí ¡ja!)