Bien dicen que la sala cinematográfica es como el útero materno: lugar cómodo, sin luz, clima idóneo, comida y bebida a la mano; una experiencia sensitiva completa y placentera. Ayer fue la excepción. Ahora entiendo a los gemelos, triates y demás productos humanos que vienen en bola. Que tu compañero de matriz se haya comido media docena de sobres de salsa "bbq" y por lo tanto nos comparta su olor a todos... no es grato. Que no pare de moverse y repita la última palabra de cada oración que se dice en la peli... no es grato. Que cuando ocurre una "revelación importante" en la trama se le ocurra silbar el clásico "fiuuuuuuu"... no es grato. Que intente contestar a las preguntas que dice tal actor. Ejemplo: —Cuándo fue la última vez que se encontró con tal...?— "¡Ayer!" No es grato. Que cuando regresa del baño se le ocurra preguntarme "Qué ha pasado" y espere que le cuente lo que se perdió... PFfffff
La peor experiencia en el útero.
lunes, mayo 12, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Ahi es donde aplica un diplomatico: "CALLATE CABRóN!"
Mr. Green
pfff estuvo muy muy cabrón... en verdad no sé de dónde sacaste tanta paciencia :)
Jajajajajajajaj no es nadagratooo, pero ni hablar llegaron juntos!
lol, no manches, espero que no te haya pasado realmente, por que si fuera experiencia propia... too bad. Awesome!
jajaja y no te masticó palomitas al oído para coronar la finísima experiencia???
Publicar un comentario