El simio se volvió extraño y se sentía así entre la gente que lo trataba así. "¡El desapego ante todo!" le decían algunos. "Entiende que no todos viven estos momentos igual que tú" le comentaban otros. Y así el simio se tambaleó hasta que se olvidó de todo, de todo menos que los simios siempre son malditos.
A veces sin querer se le ocurría brindar por Londres, otras soñaba con las cordilleras, a veces preparaba bebidas sin sentido, pero nunca les ponía atención a esos rictus. Ya no lloraba, ya no quería caminar por esas calles, es más le parecían extrañas e instintivamente tomaba otras. Quería ser gris y pensaba en el desapego ante todo, quería vivir los momentos como los demás. Hasta que un día... recordó.
A ti hermano. Te extraño y te sigo recordando...
martes, abril 01, 2008
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