martes, junio 19, 2007

Despertar olvidando

Despiertas, no sabes dónde estás. Un cuarto, unas sábanas blancas (o casi blancas), la luz de la ventana, el autobús que ruge, la cabeza que está a punto de estallar. No hay nada. A base de intentarlo empiezas a recordar. Primero sólo tienes datos muy generales, tu nombre, Xun, -¿dónde está mi liga del pelo?, -ahí está, el dolor en las rodillas es por el partido, ayer fue viernes, hoy debe ser sábado. El comfort de tomarse una cerveza, o varias, la calle, los ojos perdidos, el celular que se dice muerto, un gato que maulla, la loca que te pinta dedo. Las risas, las palabras, andar por andar. El auto que se maneja solo, ¿la cerveza sigue ahí?, ¿¡Hugo!? ... El mazo en la cabeza, Xun llamando a la puerta. Los ojos cerrados. El pelo suelto, el dolor, el placer de olvidar, y olvidar con placer. Despiertas y no sabes dónde estás.

Hay muchas cosas que me gustaría no recordar, pero ésta quizá no. Quizá.

viernes, junio 01, 2007

27

27, no hay mucho que decir. Quisiera tomarlo con filosofía, pensar que soy un tipo más sabio, más reflexivo, pero no. Me siento más frío, menos esperanzado, menos confiado. Me siento más viejo, aunque los treintañeros de la oficina digan que apenas soy un bebé. No me lo parece. A pesar de que no he llamado al mesero, mi cuerpo me está pasando ya algunas cuentas y eso me duele. Me duele saber que no puedo tener la vida que quiero porque tengo que cuidarme. La neta es que me vale, pero a la vez no.

27 años, señores y señoras, esta semana le sumo uno a los 26 pero parece que le sumo 10. A 5 días de celebrar las festividades, tengo una cita con el doctor. A unos días del día D, tomé seis pastillas, dos litros de agua, una fruta, un yuguuurr natural, nada de salsa, nada de alcohol, nada de grasa, ¿acaso se puede vivir así?, o más bien ¿acaso se quiere vivir así? Evitando lo que más le gusta al Xun.

27 años, no hay mucho que decir.